Un reciente estudio del Departamento de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina de la UDELAR analizó, por primera vez en Uruguay, las denuncias por transgresiones sexuales en la práctica médica. La investigación, publicada en la Revista Española de Medicina Legal, examinó los fallos del Tribunal de Ética Médica (TEM) entre 2012 y 2024, identificando las especialidades más afectadas y las sanciones impuestas.
Resultados de la investigación El estudio revisó 102 fallos del TEM, de los cuales 12 (11,77%) estuvieron vinculados a denuncias por conductas sexuales indebidas. En todos los casos, los médicos denunciados fueron hombres, con una mayor incidencia en las especialidades de psiquiatría y ginecología. Las denunciantes fueron en su mayoría mujeres y los hechos denunciados incluyeron contacto físico y abuso verbal.
Las sanciones variaron según la gravedad de los casos, pero en la mayoría de las situaciones se impusieron suspensiones temporales en el ejercicio profesional.
Factores de riesgo y desafíos en la regulación Los investigadores subrayan que estas situaciones no son aisladas y que existe una subnotificación de este tipo de conductas en los organismos de ética profesional. Entre los factores que favorecen estas transgresiones se identificaron:
Desigualdades de género en el ejercicio de la medicina. Relaciones de poder asimétricas en la consulta médica y en el ámbito laboral.
Mayor vulnerabilidad de ciertas pacientes, particularmente en servicios de psiquiatría y ginecología.
Si bien en Uruguay no se han registrado informes oficiales que aborden de manera integral estos casos, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha desarrollado protocolos para la atención de víctimas de violencia sexual. Sin embargo, este estudio evidencia la necesidad de fortalecer las medidas preventivas y las regulaciones sobre ética profesional en el sector salud.
Hacia una mayor prevención y control Los hallazgos de esta investigación refuerzan la importancia de establecer normativas más estrictas y estrategias de prevención para garantizar un entorno seguro en la práctica médica. También plantean la necesidad de capacitar a los profesionales en la identificación y abordaje de este tipo de conductas, promoviendo un marco ético más sólido dentro del sistema de salud.
Este estudio representa un primer paso en la visibilización del problema y abre el debate sobre cómo mejorar los mecanismos de denuncia y sanción para proteger tanto a pacientes como a profesionales en el ámbito médico.