Hoy conversamos con la Dra. Lucía Bengochea, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, una disciplina que se enfoca en atender a la población desde un enfoque integral, trabajando en red y en la comunidad. Lucía nos cuenta sobre su experiencia en esta especialidad, el impacto que tiene en la salud pública, y los desafíos que enfrenta en el día a día.
¿Por qué elegiste la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria?
Elegí Medicina Familiar y Comunitaria porque me encanta la diversidad de la población y de los problemas de salud que atendemos. Creo que esta especialidad encarna la medicina y el concepto de salud que la gente merece. Además, me gusta el trabajo en red, en el primer nivel de atención y en la comunidad.
¿Dónde realizás tu residencia o postgrado?
Actualmente, mi cargo depende de la Intendencia de Montevideo, y cumplo funciones en varios centros de salud de la ciudad.
¿Cuánto dura la residencia?
La residencia tiene una duración de tres años.
¿Cuántos residentes ingresan por año?
Aproximadamente ingresan 13 residentes por año.
¿Cómo es un día típico en tu residencia? ¿Cuál es la carga horaria?
La carga horaria semanal es de 48 horas, de lunes a viernes. Un día común incluye jornadas de 8 horas en policlínicas, a veces en más de un centro. Además, tenemos una guardia diurna semanal de 12 horas y una jornada académica semanal.
¿Cuántas guardias tenés por semana y de cuántas horas son?
Siempre tenemos una guardia diurna de 12 horas. En primer año, rotamos entre la emergencia de ginecología, preparto, pediatría y recepción neonatal. En segundo y tercer año, las guardias son en la puerta de emergencia de adultos.
¿Cómo es la vida social de un residente de Medicina Familiar y Comunitaria?
La vida social suele concentrarse en los fines de semana. Eso sí, depende de cuánto tolere un cuerpo y una mente cansados, pero siempre hay tiempo para desconectarse un poco.
¿Cuál es la salida laboral una vez terminada la residencia? ¿Y cómo es la remuneración?
La salida laboral en Uruguay para Medicina Familiar y Comunitaria todavía tiene espacio para mejorar. Aunque el trabajo en el mutualismo está creciendo, lo hace lentamente. En cuanto a la remuneración, no es del todo acorde a la carga laboral que manejamos.
¿Cuáles considerás que son los puntos fuertes de tu residencia?
Destacaría los fines de semana libres y el acompañamiento de tutorías, que ayudan mucho en el proceso de formación.
¿Cómo fue tu experiencia en el examen de residencias?
Yo rendí una prueba específica de Medicina Familiar y Comunitaria, antes de que se implementara la Prueba Única Nacional (PUR).
¿Algo más que quieras decirle a quienes estén interesados en tu especialidad?
Es importante pensar en la calidad de vida al tomar una decisión de este tipo. Medicina Familiar y Comunitaria brinda muchas alegrías y gratificaciones, pero puede ser frustrante debido a las situaciones sociales e individuales complejas que acompañamos.